Olvidar y empezar de nuevo

Puede ocurrir que cuando parecía que todo estaba en orden, de repente las cosas se caen, se rompen y hay que volver a construir una vida nueva. La anterior, que duró un montón de años, se queda hecha añicos sin posible solución.

Para muchas personas, que les ocurra algo así les parece espantoso. Piensan que es lo peor que podía haberles pasado. Pero no es así.


La vida es un aprendizaje
Aquí se está para aprender y de todo conviene sacar experiencias, tanto de lo bueno como de lo malo. Empezar una nueva vida puede parecer al principio algo terrible por la incertidumbre que trae consigo, pero a la larga llega a ser un motivo de felicidad.

Vivir implica precisamente una lucha diaria, y hay que recordar que en el libro de nuestra existencia siempre quedan páginas en blanco por escribir y que entre ellas habrá cosas bellas.
Las personas valientes son las que sobreviven

La valentía no siempre va acompañada de la fuerza; de hecho, hay personas débiles que en un momento concreto de su vida sorprenden a todos por su entereza y coraje. Puede ser que de repente se desarrolle en ellas una madurez especial que les protege y les hace inmunes a todo. A lo mejor es que, en esas situaciones límites, estos seres intuyen aunque sea levemente un atisbo del sentido de la vida.

Ver el futuro en positivo
La valentía y una mirada optimista al futuro es lo que puede ayudar en los malos momentos. También el cariño de amigos y allegados, aunque éste podría ser inutil si uno mismo no se quiere. En estos estados de crisis emocionales hay que aprender a quererse y valorarse. Tener una buena autoestima contribuirá a la recuperación, sobre todo en ocasiones como rupturas matrimoniales o de pareja, que quizás sean un buen momento para empezar a cuidarse un poquito más.